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Fuente: www.pichilemunews.cl – 25.06.2024
- Antes de ayer no más, se cumplió un nuevo natalicio de José María Caro Rodríguez -el 23 de junio de 1866- pero hoy recordamos ciertos aspectos que ligan a personas y hechos ocurridos en diciembre, que se relacionan con nuestra comuna.
- ¡Sorpresa!, hay más ….
Cuando hay muchas cosas que hacer, el tiempo se va más rápido y, por ello, el artículo relacionado con el mes de diciembre, lo hicimos cortito, lo que no es muy habitual. Pero los demás hechos van ahora. Y, si investigamos más, seguramente hay otros …
Nos detendremos en los relacionados con el Cardenal Caro -hijo de Pichilemu- que, no dejan de ser interesantes y, por otra parte, dan a conocer una etapa de su vida, donde fue víctima del “bulling” junto a un par de niños que provenían del campo …
Vamos por parte:
El 20 de diciembre de 1890 recibió la Orden Sacerdotal y al año siguiente obtuvo su Doctorado en Teología.
El 25 de diciembre de 1925 es nombrado Obispo de la Diócesis de La Serena. Estando en esa ciudad aún como su Obispo, es nombrado arzobispo de la misma ciudad en 1938. En un 23 de diciembre de 1945, es elevado a la dignidad cardenalicia. Su capelo y demás insignias cardenalicias les fueron entregadas por el Papa Pío XII.
Discriminación y Bulling
Recordando aspectos de su vida, en una revista, respecto a su llegada al Seminario en Santiago, esta señala: “Ingresé a la Sección San Pedro Damián del Seminario, que era donde llegaban los niños pobres, y allí estudié cuatro años de humanidades. Éramos pocos en el curso, y cuatro de ellos llegamos a ser sacerdotes. En el quinto año nos juntaron con los demás alumnos del Seminario. Ellos nos miraban de alto abajo; pero en la clase de latín, éramos nosotros quienes mirábamos de alto abajo”.
De esa manera revela cómo él junto a sus tres compañeros eran mirados en menos por no ser parte de la misma clase social.
Es quizás esta misma consideración la que “evitó” que –tras su muerte- el camino a los altares quedara trunco, porque la jerarquía que le siguió no tuvo el entusiasmo adecuado por decirlo de una manera elegante.
De hecho, el año 1979 cuando averiguamos ante algunos personeros eclesiásticos, cómo el Padre Iván Eyzaguirre, ya anciano y a la sazón párroco de la Parroquia “Veracruz”, donde lo visitamos ahí en la calle Lastarria, de manera muy sutil nos dejó traslucir el poco interés de quienes llevaban la causa y trámites.
Ello nos motivó a recabar más información y en junio de 1979 publicamos una contraportada en La Tercera sobre el Cardenal Caro, recordando que el año 1966, en la fecha de su natalicio cien, se aprobó en el Congreso Nacional una Ley para erigir un monumento nacional en su memoria; pero que dormía en la inercia burocrática y en brazos de Morfeo.
¡¡Oh!! coincidencia, en noviembre de 1980, tras remover la inercia de autoridades y jerarquía eclesiástica, se encargó la obra a un renombrado escultor y se inauguró.
En aquel tiempo, asistieron invitados -a la ceremonia de inauguración- el alcalde de Pichilemu, José Lino Vargas Jorquera, familiares del Cardenal Caro y, una numerosa delegación de pichileminos, socios del Centro de Hijos y Amigos de Pichilemu, con asiento en Santiago.
Toda la jerarquía católica asistió y, en representación del Papa, estuvo el cardenal argentino Primatesta, todo lo cual consignamos en páginas del diario La Tercera.
Volviendo a diciembre, fue el 4 de este mes que -a la edad de casi 93 años- apagó su vida en la residencia arzobispal en la calle Mac-Iver esquina de Merced, frente a la Basílica de La Merced.
El pueblo católico, la jerarquía eclesiástica -como autoridades de las más diversas creencias religiosas- le despidieron tras el duelo nacional, al pastor que era respetado por moros y cristianos.
Humor
El Cardenal Caro, pese a ser desde niño muy serio, tenía a la vez un humor muy típico de la gente de campo, el que queda reflejado en algunos ejemplos que están en entrevistas y recuerdos de familiares y de personas que estaban más cercana en su labor pastoral. Veamos algunas.
“ …. Ellos nos miraban de alto abajo; pero en la clase de latín, éramos nosotros quienes mirábamos de alto abajo”. Este fragmento indica, muy finamente su manera de reírse de quienes lo miraban en meno cuando estaba estudiando con seminaristas de más alta alcurnia y de rancios apellidos.
Un oculista al descubrir la dificultad que tenía el ya anciano Cardenal, en uno de sus ojos, le dijo: “Que pena Eminencia, que no pueda ver bien con ese ojito”. Este se refería al ojo derecho del cardenal. Y agregó: “Pero eso se debe seguramente a sus años …”. - “¡Qué raro! –contestó el Cardenal! ¡Este ojo (izquierdo) tiene la misma edad que yo y veo lo más bien con él!”.
Fotografías: Archivos “Pichilemunews”.
Nota de la Redacción: Este artículo es un nuevo avance en el proyecto Historia Virtual de Pichilemu a través de www.museopichilemuenlinea.cl y quedará en categoría Religiones, siendo parte de los centenares de temas que serán incorporados, paulatinamente a las 20 categorías del website.